El Amor y los neurotrasmisores

Hoy es el día de San valentín y me parece apropiado hablar del amor, no ya de las expresiones de amor que hoy podemos ver en redes sociales, en escaparates de tiendas, en las noticias,… sino de las visiones que desde la psicología explican lo que es el Amor.

Uno de los estudiosos del tema amorístico ha sido el psiólogo americano Robet J Stenberg, que nos presenta un modelo triangular en el que se combinan tres elementos esenciales cuya combinación nos da los disitintos tipos de Amor.

Los tres componentes que se combinan según Sternberg son:

Intimidad: este aspecto representaría el afecto hacia la otra persona que surge de los sentimientos de cercanía, vínculo afectivo y relación, implica el deseo de dar, recibir, compartir…
Pasión: surge con motivo del deseo sexual o romántico que se experimenta acompañado de excitación psicológica.
Compromiso: este último componente se relaciona con el mantener la relación en los buenos y en los malos momentos. Este viene a ser el componente esencial en una relación duradera, pro razones obvias.

Por tanto se plantean 6 clases de amor por combinación de estos elementos:

Confianza – Amistad: cuando únicamente existe Intimidad. Por ejemplo, la relación que se puede tener con un psicólogo con el cual tenemos mucha confianza. También se aplica al cariño que sentimos por un amigo.
Encaprichamiento: sólo hay Pasión, y se caracteriza por existir únicamente deseo sexual. El llamado amor a primera vista.
Amor Vacío: un amor donde sólo hay Compromiso: la Pasión y la Intimidad han muerto o jamás existieron.
Amor Fatuo: existen Pasión y Compromiso. Es más intenso que el encaprichamiento.
Amor Romántico: existe la Pasión y existe la Intimidad.
Amor Sociable: Intimidad + Compromiso ,es el que se da en las parejas que han perdido la pasión.
Amor Completo: un amor con las tres características se supone que es el amor ideal, aunque según la psicología no suele durar mucho: es dificil de mantener y suele derivar en alguno de los otros tipos de amor.

Si me diesen la posibilidad de ampliar la lista de tres componentes de Sternberg, sin duda eligiría un componente adicional, la admiración. La admiración por la persona que tienes a tu lado es fundamental en una relación y, aunque podríamos argumentar que te lleva inevitablemente al segundo componente de Sternberg (La pasión), encuentro la pasión definida por él como un componente mucho más carnal y físico, y la admiración es más intelectual y espiritual.

También nos dicen que el enamoramiento tiene fecha de caducidad, que muchos autores sitúan en un año a tres como máximo, y que estaría relacionado con la presencia de dopamina, un neurotrasmisor cerebral muy asociado a las sensaciones de bienestar y placer. Parece por tanto lógico pensar que cualquier actividad que nos fomente un incremento de dopamina en presencia de nuestra pareja hará que asociemos sentimientos de bienestar y placer al acto de estar a su lado, por lo que un consejo habitual para “mantener” “preservar” una relación sería compartir activiades interesantes, ingeniosas y excitantes. Seguro que podemos pensar en alguna.

La Dopamina está relacionada con las emociones y las sensaciones de placer. Todas las adicciones fuertes provocan la generación de dopamina: los opiáceos, por ejemplo, activan las mismas áreas que el amor. El amor, por lo tanto, es una adicción positiva que se puede tornar en ansiedad cuando se es rechazado. Esto se debe a que el amor activa el sistema de recompensa del cerebro, que nos arrastra a ver recompensas y motivarnos a conseguirlas. Para nosotros el amado es el premio, es por ello que centramos nuestro mundo en él.

Y si surgen complicaciones esto genera más atracción ya que en una adversidad el cerebro genera aún más dopamina.

También debido a la dopamina buscamos cosas en común e intentamos amoldar nuestra personalidad para agradar al otro, ya que la dopamina también tiene relación con la motivación para cambiar.

La Serotonina, llamada “hormona del placer”, ejerce una gran influencia sobre el sistema psiconervioso. Si sus niveles están anormalmente bajos, y se combina con el impulso generado por la dopamina, puede causar un pensamiento obsesivo por la otra persona.

El amor y la atracción sexual son dos cosas diferentes: en el amor influye la Dopamina, en el acto sexual la Testosterona y en menor grado otras hormonas sexuales, pero esta línea no está tan clara: el amor siempre incluye el componente sexual y si tenemos relaciones sexuales frecuenets con una misma persona puede desembocar en amor ya que en el acto sexual se genera gran cantidad de dopamina.

Me gustaría resaltar que el enamoramiento o amor, como se quiera llamar, es una emoción que en sí misma lleva fecha de caducidad (entre un año y tres como máximo, según los últimos estudios), según la antropóloga norteamericana Helen Fisher: “el amor está asociado con la presencia de dopamina, un neurotransmisor cerebral asociado con la motricidad, las emociones y los sentimientos de placer. Quienes deseen una pareja duradera deberán compartir actividades interesantes, ingeniosas y excitantes”.

Por tanto, si queremos crear vínculos duraderos con la persona amada no basta con mostrar los sentimientos de pasión del principio, también hay que llevar a cabo comportamiento, proyectos, planes que nos vinculen en dicha interacción. Considero que se experimentan la pasión, la intimidad y el compromiso desde el principio de la relación lo que en diferente medidas.


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